Angélica Loncatore, es una chica que tiene claro lo que quiere en la vida. Se puede decir que ha conseguido su ikigai, su razón de ser y de vivir. Se ha ganado una plaza en una de las cocinas más exigentes del mundo El Celler de Can Roca, el cual posee tres estrellas michelines y tres soles en la Guía Repsol.
Hemos quedado una tarde estival para hacer tertulia como dos viejas conocidas que conectan enseguida al verse. Locantore me pareció una mujer 10, me dio esa confianza y esa seguridad, valores de suma y extraordinaria necesidad en los tiempos que corren. Sentadas sobre el mar muy cerquita del puerto de Barcelona, teníamos de testigos al mediterráneo, a las gaviotas y de tanto en tanto la sirena de los barcos que nos llamaban la atención en el aquí y el ahora.
Después de saludarnos, le dimos On a mi Olympus y comenzó a contarnos como hace para dejar bien en alto el nombre de Venezuela en tierras catalanas. Con ella no hay "margen de errores". Es exigente, disciplinada y desde su óptica miramos como le va con los Roca y en la vida.
Lo tuyo es amor y devoción por la cocina. ¿Cuándo supiste claramente tu vocación por los fogones?
A los 12 años ya me interesaba bastante la cocina, empecé unas prácticas en un restaurante en Los Palos Grandes y allí estuve durante las vacaciones del colegio y ahí me di cuenta que me gustaba mucho la cocina. Desde allí cada año me apuntaba a trabajar a un sitio diferente, entré a un restaurante, a un café. A los 15 años mi mamá me apuntó a un curso de panadería y los 17 años estudié pastelería.
¿Quién fue el que te invitó a pisar por primera vez una cocina y qué preparaste ese día?
El primero que me aceptó en un restaurante por la edad que yo tenía (12 años) fue el chef Gilberto Martínez, del restaurante caraqueño Vlassis le Med y me invitó para que yo me diera cuenta si de verdad me gustaba la cocina o si era un idea de lo que yo tenía de ella. Me acuerdo que preparé platos marroquíes con un toque griego. Era un restaurante con toques mediterráneos, me acuerdo que hice gambas, hice platos griegos y bebidas también hice.
Aterrizar en el Celler de Can Roca, es como llegar a las Grandes Ligas. ¿Cuéntame como lo has logrado?
Pues con mucho sacrificio, esfuerzo y paciencia. Para llegar al Celler primero estudié en la Hoffman y los tres primeros puestos de la promoción les conseguían unas plazas en el mejor restaurante que quisieran. En esa época era el Celler, yo quedé en esa privilegiada lista y comencé unas prácticas de 7 meses ahí. Eso fue de enero a julio de 2016.
y Lo demás es historia...
Al culminar mis prácticas me fui a Francia con Michel Bras y luego la pastelera del Celler renunció, y me llamaron ellos para ocupar ese puesto.
Alguna anécdota ...
Estando de práctica uno va por devoción, por interés de aprender, entonces es un poco como la universidad. No te pagan, pero vas a aprender y a dar tu esfuerzo, trabajo y sacrificio. Estando allí salió un viaje a Hong Kong, fui seleccionada. La verdad que fue una alegría, un regalo, una sorpresa estar 10 días ayudándolos a ellos en un evento.
Galletas de chips de chocolate, financier de avellana, cremoso de caramelo, mousse de caramelo, caramelo de vainilla || Decoración de reloj con aguja||
¿Con quién te llevas mejor con Jordi o con Josep Roca?
R: Jordi es mi jefe directo, porque soy la jefa pastelera. Josep es más jefe de sala y se encarga de la bodega. Directamente y por un trato de cariño con Jordi.
¿Que viaje de trabajo te ha marcado y por qué?
El de Hong Kong por ser el primero. Por ser un regalo estando de prácticas. Ahora hay muchos viajes y soy consciente de ello. Pero en ese viaje a Hong Kong, lo recuerdo con emoción porque no me lo esperaba, iba a conocer otro continente, otra cultura. Recuerdo que fueron dos cenas para 100 personas. Para mi fue maravilloso.
¿Eres más repostera que chef?
Estudié cocina y pastelería y cuando entré al Celler, no había rotado a cocina. la pastelería se me da bastante bien, lo entendía fácilmente. Cuando estuvo con Michel Bras si que rote en cocina, pastelería y panadería. Cuando volvía al Celler fui a pastelería y lo tome como una señal de Dios de que tenía que estar ahí en pastelería, lo asumí, me gusta, cada día me encanta y trato de dar lo mejor de mi para aprender y para enseñar pastelería.
¿Cuál de tus postres sabes preparar a la perfección?
Por lo general los postres que realizamos en el restaurante así como los que yo tengo ideado, casi diría que no necesito la receta, lo puedo hacer perfectamente. El que más me encanta por ser amante del chocolate es la anarkía de chocolate. Son muchas preparaciones a partir del chocolate pero con diferentes texturas, diferentes elaboraciones finales partiendo de un solo ingrediente el cacao. Y para mi ese postre me encanta por el factor sorpresa, cuando lo pruebas como es todo como al azar, cada vez que pruebas por un sitio diferente del plato consigues sabores y matices diferentes.
¿Reaccionas más fuerte a las emociones o a la lógica?
Soy más emocional, después que explotan mis emociones pienso en la lógica [Risas]
¿Planificas tus postres o te inspiras en el momento?
Me inspiro en el momento, también en los recuerdos y la añoranza. Ehhh y a partir de ahí voy pensando en la lógica del postre, tengo una idea, un recuerdo y desarrollo el postre.
¿Cuál es tu plato favorito?
La pasta con ragú, el cordero al horno. De postre, una tarta de zanahoria y a veces una Zeppole Di San Juan. Una mezcla por mis raíces.
Tu color favorito
El verde. Cuando miro el verde siento paz, tranquilidad, alegría. Es como si el verde es todo lo que necesito en todo momento.
¿Libro favorito?
El de Héctor Romero, de cocina.
¿Mar o montaña?
Mar.
¿Prácticas algún deporte ?
Ciclismo de montaña y fútbol.
¿Cuál es la ultima película que has visto?
La de Freddy Mercury Bohemian Rhapsody.
¿A qué te sabe Venezuela?
Me sabe a ron, a café, a chocolate y a parchita (maracuyá).
¿A qué te sabe España?
Me sabe a setas, a mariscos, a ñoras y un poco a arroz.
¿Qué platillos locales te agradan?
La fideuà. Yo tenía la noción que el fideuà era un plato asopado y aquí vi que no, que se hacia como una paella. Me encanta la fideuá y lo asocio con mis momentos de felicidad porque me recuerda a la playa, a mi familia. a mi infancia.
¿Cómo te ves en 10 años, en el 2029?
Bueno me veo con una pastelería y también con una escuela dando clases. Me gusta enseñar.
¿Cuáles son las últimas tres cosas que has aprendido?
Cada día intento aprender el arte de la organización, el arte de delegar trabajo. Mucha gente piensa que mandar, dar una orden es fácil, para mi mandar es todo un arte, pensar realmente cuál es la prioridad es un arte,
no todo el mundo lo tiene claro, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer pero no prioriza. También estoy apuntada al francés y a la pintura.¿Crees en Dios?
Si, soy católica.
¿Qué crees que te falta por hacer?
A mi me gustan las competencias de pastelería. No todo el mundo lo ve como algo importante, pero para mi si lo son. De momento he realizado dos y siento que hay que aprender a gestionar el estrés en todo el proceso de la competencia, me gusta esa adrenalina. Cuando pasa todo el concurso digo YA ESTÁ. [Suspiro].
¿Alguna vez algún famoso te ha rechazado un plato?
No. Una vez le cociné a Shakira en su cumpleaños, yo era la única latina que estaba en la cocina y yo quería hacerle arepas. Ellos preguntaron con qué platos se podía empezar, les dije bueno allí se cocina sopas, sancochos, le puse unas arepitas y a mitad del menú Shakira pidió más arepas. Dije ¡Wow!, que un famoso me pida más arepas para mi es muy emotivo, de raíces, me toca la fibra. También le he cocinando a condes y a deportistas que le han gustado mis propuestas.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Como la persona que le enseñó algo trascendental a alguien. Algo que lo haya marcado positivamente. Al fin y al cabo es lo que me gustaría dedicarme a enseñar.
¿Enseñar en Barcelona o Girona?
Me gustaría abrir una escuela de cocina en Venezuela y que no fuese en Caracas. Bueno mi mamá es de Oriente (venezolano) y estoy segura y convencida que para el cambio que necesita Venezuela hay que empezar a descentralizar Caracas, porque hay muchas personas quieren aprender, que se les enseñe, pero no todos tienen la posibilidad de trasladarse hasta la capital. Yo creo que un país es rico cuando cada zona explota lo mejor de sí, lo que produce la tierra en Caracas, no es lo mismo que Maracaibo, Oriente o los Llanos. Si cada persona tuviese eso en cuenta y lo defendiera a capa y espada y con orgullo yo sé que Venezuela cambiaría un montón.
¿A nivel internacional a quién le has cocinado?
A Sharapova, a Shakira, a críticos gastronómicos mundiales.
Es difícil, no cualquier acepta una crítica de un plato...
Hay gente que es muy dura. Es duro [hace una pausa]. En eventos internacionales una vez tuve la suerte de estar en la Copa mundial de Pastelería en Francia donde vienen chef de renombres. El postre era a cargo del Celler y yo estaba encargado de realizar todo eso.
¿Has conocido a cocineros de la tele?
A varios. A Ferran Adriá, Albert Adriá, a Massimo Bottura, a David Muñoz, Ferrán Anducas, Michel Bras. Venezolanos a Carlos García, de aquí a Mey Hofmann, a David Coler, que fue mi profesor de pastelería y le tengo muchísimo cariño.
¿Qué crees que te falta para ser feliz?
Me ha costado entender a la hora de emigrar que mi hogar es donde estoy yo, donde está mi casa o donde llego y hago una arepa. Porque si me pongo a pensar que mi familia no está, mis primos no están, es complicado. Trato de ver la parte positivo que es ese cariño de hogar.
¿Eres feliz?
Si, feliz y afortunada.
¿Qué le dirías a los venezolanos en estos momentos de crisis?
Yo creo totalmente en la educación y le diría a los jóvenes que creyeran en la educación a pesar de las adversidades, de la importancia de formarse y estudiar porque no saben el momento que menos se los esperen se dan las oportunidades de la vida. Hay que estar preparado para cuando te llamen, así uno esté cansado. En el fútbol aprendí de un entrenador del equipo femenino nacional que hay que estar preparado para cuando nos llaman y él se refería a cuando nos llamaran de un equipo de mayor categoría, el estar preparada para aguantar una hora y media más corriendo si era necesario en la cancha. Esa disciplina me la dio el deporte "por muy cansada que tú estés hasta que no suene el silbato final, no te des por vencida, hasta el último minuto se puede meter un gol. Por muy mal que estén las cosas tú te tienes que preparar".
|| BIO ||
Angelica Locantore
Chef
Edad 29 años
Egresada de la Escuela Hofmann H-23
Licencida en Nutrición y Diétetica-UCV
Jefe de Pastelería del Celler Can Roca
Nació en Caracas
Madre venezolana, padre italiano
Residencia actual. Girona, España
Soltera
En el fútbol aprendí de un entrenador que hay que estar preparado para cuando nos llamen. Él se refería a cuando nos llamaran un equipo de mayor categoría, estar preparada para aguantar una hora y media más corriendo, esa disciplina me la dio el deporte "por muy cansada que tú estés hasta que no suene el silbato final no te des por vencida, hasta el último minuto se puede meter un gol. Por muy mal que estén las cosas te tienes que preparar".