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En tiempos de coronavirus Día 6

En tiempos de coronavirus Día 6

En tiempos de coronavirus Día 6

|| Día 6  De esta saldremos...||

Seguimos en casa, todos en cuarentena. De está saldremos, si Dios quiere. Aun falta un par de días para que llegue la primavera y también para que se cumpla una semana del semiencierro preventivo sugerido por las autoridades sanitarias del país.

Hace frío en unas calles desiertas donde se echa de menos tanta actividad diaria como suele ser un día normal de la semana, solo se respira la tensa calma de unas jornadas atípicas. Nunca nos olvidaremos que un virus (o varios virus anómalos) respiratorio familia del SARS que apareció en Nochevieja en un país asiático nos encerró a todos y sin chistear. 

Los políticos comienzan a hablar. La canciller alemana Angela Merkel pide "unidad" frente al mayor desafío desde la Segunda Guerra Mundial y ha catalogado de "grave" la pandemia, tanto que nos alerta que nos lo deberíamos tomar en serio. En Alemania a fecha de hoy registran 28 muertos y 12.000 infectados. Está clarísimo que este virus no solo mata a gente mayor, Italia registra 2.978 muertos y 28.710 contagios positivos. España ha perdido a 623 personas a consecuencia de la epidemia, que ha afectado a otras 2.702 personas, de las que 92 están en estado grave y 228 son profesionales sanitarios, según ha informado el Departamento de Salud. Entre los fallecidos hay seis personas de una residencia de Capellades y dos en Olesa de Montserrat. ¡Qué descansen paz!

Tenemos que hacernos a la idea de que esto no va acabar en 15 días, una amiga mía me dijo que se sentía como en un película, otra me ha dicho que ya sabe lo que siente un preso en la cárcel, otra me dijo que tenemos que tener claro el concepto de la coexistencia y la resiliencia. Mi vecina también me ha preguntado sí estábamos bien y hablamos del futuro inmediato. La vida sigue y la gente tiene sus planes. De esta saldremos...mientras tanto hacemos actividades con la familia e individuales que nos hacen mantener positivos durante el aislamiento físico de la sociedad, más no el virtual hasta que la Internet funcione. 

Tratamos de tener una rutina, un poco de deberes, clases virtuales de música, quedadas de compañeros de clases de mis hijo mayor por Zoom, conciertos en las redes de los artistas, yoga, pilates, pesas, juegos de mesa, pelis y manta, practicar la gastronomía sin conservantes, hacer manualidades, ordenar espacios, inventarse juegos para los peques, pongamos a prueba la creatividad y el entusiasmo. No solo miro por mi, también llamó a mis amigas y pregunto como lo están pasando. Afortunadamente nada que lamentar, pero no dejamos de preocuparnos por el aumento de contagios y las muertes que están ocurriendo. El alma sufre. Máscaras y terror se puede llamar está película de la vida misma. Qué Dios nos coja confesados. 

Esto que está pasando no le es indiferente ni al más indiferente, porque en su cabeza también le debe retumbar la palabra siniestra CORONAVIRUS. El quid de la cuestión es la actitud con la que se enfrenta a estos días raros, hasta que el tenga más dinero puede morir si no toma las medidas. La pandemia no conoce de estatus social ni de tener poder en la sociedad. 

¿Te ha pasado factura el encierro? ...Cuéntame si quieres, aprendemos de todos. 

Yo he entendido que el encierro es una medida de protección, por eso tenemos que controlar lo que pensamos. Como el cerebro es una cosa seria y se pone alerta cuando se le prohíbe algo, debemos estar mosca de no rebelarnos ante las medidas de no salir de casa y hacerlo con excusas.

Estos días he podido entender lo que dicen los budistas de controlar la mente porque existen miles de estados mentales y tenemos que aprender a distinguir los pensamientos apacibles de los que no lo son, como los celos, el odio, la rabia, el apego, el miedo y que nos sitúan directamente en la rueda de la perturbación y el sufrimiento. 

Vamos a seguir atentos al día a día, a mirarnos con una nueva visión más diáfana, lo que nos está pasando nos tiene que hacer más fuertes y más humanos. De esta saldremos...Dios mediante.

Por cierto, mañana es Día del Padre en España...