La gráfica busca generar pánico colectivo y seguir incidiendo en el confinamiento, se marca la familia corta, es un aviso sobre la planificación familiar que viene a proclamarse como un deber familiar, estilo China un solo hijo de manera impositiva.
La orden es estar confinados y callados, el silencio es una señal de que la exigencia es mantenernos silentes y sumisos, el miedo se promociona como parte de la ejecutoria de lo catastrófico, el futuro es un caos y un peligro al cruzar la puerta, los estilo de vida y trabajo deben cambiar, la calle es una amenaza, todo debe ser virtual (trabajos y estudios), reducción de personal y cierre de empresas como consecuencia, cada cuadro a la espalda de la familia es un recordatorio de lo pesado del porvenir, el futuro con malas noticias, muy malas.
La portada
The Economist tiene varias lecturas. El vestuario de colores tipo verde militar, porque es la
guerra no convencional. Bombas, bacterias, virus y puerco el nuevo virus en camino.
Le pondría de título el Planeta sucumbe, el apocalipsis es hoy. si como lo lees, ahora en el 2020. Y de telar de fondo , el celeste del cielo ennegrecido, buscando reacciones en la nueva configuración de la generación del miedo y este paraliza, ya lo sabemos.
Así como hicimos inteligentemente las fases de desconfinamiento, no debemos caer en estas fases del miedo que propone los
mass medias anunciando con bombos y platilos "lo que viene", porque ya estamos a la coronilla de escuchar-leer-sentir-oir que en septiembre habrá un REBROTE: Me pregunto yo, un rebrote de qué, del miedo, a qué se refieren, porque los virus como el
SARS-CoV-2 mueren, se
debilitan con la inmunidad tarde o temprano. Qué se trama tras bambalinas, que le quieren seguir haciendo a la humanidad. Guerra avisada, no mata a borregos.