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Vamos a ver a Donald

Vamos a ver a Donald

Donald Trump entra nuevamente al escenario político, pero esta vez con más experiencia y, según sus propias palabras

Donald Trump entra nuevamente al escenario político, pero esta vez con más experiencia y, según sus propias palabras

Durante los próximos cuatro años, el saber-hacer-decir de Donald Trump estará en todas partes, en telediarios, redes sociales, foros, plataformas de streaming y cualquier medio capaz de amplificar sus mensajes. Es el presidente de los Estados Unidos hasta 2028 y, para bien o para mal, todos estaremos hablando de él.

Algunos lo llaman impredecible, otros, visionario, pero algo está claro, el neoyorkino cumple con su palabra. En apenas una semana desde su regreso al poder, ya ha tomado decisiones que caen como fichas de dominó y han hecho temblar al sistema reafirmando su estilo de gobernar, directo y sin rodeos. 

En sus primeras 72 horas, el presidente Trump ha tomado medidas contundentes por decretos, algunos prosperarán, seguro que otros no. 

En primera instancia ha dicho que solo reconocerá dos géneros masculino y femenino enmarcado como un regreso a "las raíces tradicionales" del país, medida que ha sido rápidamente calificada de retrógrada por los defensores del colectivo LGBTQ+. 

Ha prohibido por decreto la creación de la divisa digital de la Reserva Federal, argumentando que una medida así centralizaría demasiado el poder en el gobierno federal y comprometería la privacidad de los ciudadanos.  “El efectivo es libertad, y no vamos a renunciar a eso”, declaró durante su primera rueda de prensa. “No vamos a permitir que el gobierno controle lo que pertenece al pueblo”, dijo, mientras los aplausos llenaban la sala.

También ha firmado una orden ejecutiva que refuerza el control migratorio en la frontera con México, aumentado el despliegue militar. Además de vociferar que construirá más tramos del muro fronterizo, a pesar del costo y las críticas. 

Cómo él no cree en la narrativa del cambio climático, ha eliminado una serie de restricciones ambientales firmada por la administración anterior, asegurando que Estados Unidos volverá a ser líder en producción de petróleo, gas, y carbón. 

Además, como busca revitalizar la economía desde el sector privado, Trump ha aprobado recortes fiscales para empresas tecnológicas y manufactureras, exigiendo a cambio que se trasladen más fábrica a suelo estadounidense. Ya saben el American Firts de su primera administración. 

Por si fuera poco ha anunciado una auditoría completa de los programas sociales y de asistencia, argumentando que “el sistema está lleno de abusos”. Aunque no especificó qué cambios implementará, prometió “hacer más con menos”.

Su gabinete full de millonarios y aliados de confianza

El gabinete de Trump está compuesto por un grupo de millonarios y figuras destacadas del ámbito empresarial:

• Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, ha asumido un rol consultivo clave en innovación tecnológica y desarrollo espacial. Sus conversaciones están llenas de ideas futuristas y cálculos financieros, porque para Trump, el gobierno también es un negocio.

• Howard Lutnick, CEO de Cantor Fitzgerald, liderará iniciativas relacionadas con el sector financiero.

• Linda McMahon, exdirectora de la Administración de Pequeñas Empresas, regresa para supervisar políticas de estímulo empresarial.

Además, nombres como Ivanka Trump (hija) y Jared Kushner (yerno) ocupan posiciones estratégicas, consolidando la influencia familiar en el gobierno.

Por otro lado, su vicepresidente, Ron DeSantis, se perfila como un actor político fuerte en la implementación de políticas de inmigración y educación.

Mientras tanto, en los tribunales, un juez federal se enfrenta a la orden ejecutiva sobre la ciudadanía por nacimiento. Es el primer acto de lo que promete ser una serie de conflictos legales entre Trump y quienes se oponen a su visión.

Trump ha regresado, y no hay un rincón del mundo que quede al margen de su influencia. Algunas de sus decisiones resonarán como un eco de su administración anterior, otras, como nuevas cartas en un juego que no parece tener reglas claras. Lo veo más moderado con respecto a decir y/o hacer. Antes lo vomitaba en forma de tuits en X (antiguo Twitter), algo que parece que quedará en el pasado. 

Sus seguidores lo veneran como un defensor de los valores tradicionales y un genio que va más allá, mientras que sus detractores lo ven como un obstáculo para el progreso y un líder que polariza sin medida.

Lo único seguro es que su mandato no pasará desapercibido, mientras él toma decisiones que cambian el curso de la historia.

Sus hijos Barron y Eric Trump el día de la toma de posesión, el pasado 20 de enero.

Sus hijos Barron y Eric Trump el día de la toma de posesión, el pasado 20 de enero.