España lleva un par de días libre de humo

Muchos aplausos y fanfarrias de mi parte a la bienvenida Ley Antitabaco Española. Los fumadores pasivos estabamos hartos de inhalar ese desagradable humo sin ni siquiera probarlo, sobre todos los niños y bebés que tienen sus pulmoncitos tan nuevecitos aún.

Es más estoy tan contenta de la entrada en vigencia de la normativa el pasado 2 de enero que quiero tocar vuvuzelas para celebrarlo. Y que me disculpen, me perdonen y no me odien los fumadores, pero señores es que caminando por las calles, tomándome un café, comiendo en un restaurante, en el metro, en las plazas, en los parques, en los pasillos, en la parada de los buses, en el recreo del colegio, en el aeropuerto, en la biblioteca, en los cajeros automáticos, en lugares de ocio y etc. se respiraba la nicotina y otras sustancias INTENSAMENTE, pues la humarada me llegaban por los 4 puntos cardinales.

Se acabó fumar en un espacio público o de uso colectivo que no esté al aire libre, se acabó fumarse un cigarrito después de comer en un bar o restaurante, se acabó fumarse un puro en un salón de bodas, se acabo fumar cerca de los parques, colegios y donde suelen pernoctar los niños. La nueva ley pretende acabar con los años de cultura con humo en el país ibérico.

También me alegro que se acaben los malos olores de cigarrillos impregnados en las habitaciones de los hoteles, áreas comunes. Para los que no acaten la normativa se verán multados entre 600 a 10.000 euros (falta grave) y una leve de 30 euros. Se pueden hacer denuncias anónimas, ha recordado Leire Pajín, ministra de sanidad, política social e igualdad para aquellos que quebranten y manifiesten rebeldía contra la ley.

Me imagino que ya comenzó la retirada de máquinas expendedoras de tabaco de los bares, restaurantes y cafeterías y con ello comienza el malestar de los fumadores.

Lamentablemente, la adicción al cigarrillo es un hábito bastante fuerte en los países desarrollados y España no es la excepción, más bien la prevalencia es del 36 % en todas las edades. Lo que si me parece es que debería haber un protocolo sanitario para ayudar a dejar el vicio de forma gratuita. En Reino Unido y Holanda existe.  En España, mueren cada año 50.000 personas por el consumo de tabaco, más que accidentes de tránsito y consumo de drogas ilegales juntas. Y es que el cigarrillo es una droga legal hasta ahora con todas las consecuencias para el sistema respiratorio y cardiovascular que todos conocemos al abusar de la nicotina. Lo más grave es la degeneración física del fumador que le podría llegar a desarrollar cáncer de pulmón, la pérdida parcial y total del olfato y el gusto y podría llegar a sufrir de periodontitis, caries, gingivitis, entre otras enfermedades de la boca y estómago. Las uñas y el cabello también les cambian de aspecto y color, al igual que la piel. En fin, el tabaquismo es un problema de salud pública y pese a quien le pese ha sido acertada la puesta en vigencia de la ley antitabaco para ir logrando una España sin humos. Lo siento fumadores, incluído mi esposo, pero había que tomar medidas. En mi casa, no se fuma, ni huele a cigarrillo, en ese sentido mi esposo respeta bastante y cerca de los niños (propio y ajenos)  tampoco fuma. Me he querido poner en el lugar de los fumadores pero no puedo, no los entiendo, claro no tengo la adicción.