El príncipe Guillermo de Inglaterra anunció éste martes que se "lanzaba al agua" con su novia Kate Middleton la primavera ó verano de 2011 en Londres. Los análisis con lupa sobre la Boda Real inundan nuestra semana por cualquier vía de comunicación masiva. Mientras en el Reino Unido la maquinaria comercial se pone en marcha para aprovechar el especial acontecimiento, ya empezaron las comparaciones odiosas entre la difunta Lady Di y la que sería su nuera Kate.
Para empezar, son dos mujeres distintas desde todo punto de vista y por consiguiente no pueden tener el mismo desenlace como auguran algunos. A muchos supersticiosos y fanáticos de la crítica destructiva les ha preocupado que el novio le haya regalado a su amada el anillo de compromiso de su madre, un zafiro azul que hace tres décadas el príncipe de Gales le regaló a la fallecida Princesa Diana cuando se comprometieron.
Guillermo de Gales durante su comparecencia antes los medios el día de la pedida de mano, dijo que el anillo uniría simbólicamente a su madre y a su mujer, pues ambas féminas son las más importantes de su vida. La discreta Kate, lo lucía con orgullo en su mano derecha. Ella nunca conoció a Lady Di en persona y mucho menos va a convivir con su suegra. Por amor y respeto a su futuro marido recibió el obsequio con agrado. ¡Se le notó!
Con esta boda la Casa Real Británica inyecta sangre nueva a la familia y se renueva tras los númerosos escándalos ventilados durante los 80 y 90 y que suponieron un quebradero de cabeza para la Queen Elizabeth.
Le deseamos muchos éxitos a la bonita pareja, más allá de los mezquinos comentarios que se afanan con comparar a la difunta princesa con la que llegará a ser la futura Reina consorte del Reino Unido algún día.
Insisto son dos mujeres con distintas historias, de diferentes épocas, familias, profesiones, carácteres, estilismos y desenlaces, Acuérdense que cada alma es un mundo. Y el polémico y trágico final de Lady Di no tiene nada que ver con Catherine Elizabeth "Kate" Middleton. Así que dejen vivir a los muchachitos en paz y no maldigan con pensamientos malvados esa relación.
Las únicas similitudes que tienen las dos es que son plebeyas que se convirtieron en príncesas y que conquistaron el corazón de un mismo hombre (me refiero a Guillermo) y a su pueblo. Kate seguro lo logrará.
Diana nunca conquistó el corazón de Carlos, pero sí el corazón de una octava parte del mundo, alcanzando los apelativos de "Princesa del Pueblo" y "Reina de Corazones", convirtiéndose en un mito para la cultura británica y un ícono de la historia mundial.
Kate si vivirá su historia de amor con Guillermo sin las sombras y los constantes rumores de una amante. ¡Así que éxitos!
Espero y aspiro que la madrastra de Guillermo, la duquesa de Cornualles esté bajo perfil el día de la boda para no despertar el morbo y restarle protagonismos a los novios.