¿Cómo se deben sentir los trece aspirantes a triunfitos con la noticia de que este domingo 20 de febrero se cierra la academia donde se están formando para ser cantantes?. Los bajos niveles de audiencia tienen la culpa. Telecinco no se la juega y cierra sin penas ni gloria Operación Triunfo (OT) por este año en la gala 5.
Tengo varias hipótesis por las cuales los directivos del canal han llegado violentamente a anunciar esta penosa decisión. Los reality show son un jugoso negocio que combinan apoyo incondicional de la audiencia a través de mensajes de textos y suculentas cuñas publicitarias. No cabe la menor duda, que ninguno del par de soportes fueron suficientes para mantener abierta la famosa academia hasta que se proclamara el ganador, nominando y expulsando cada semana a un concursante hasta llegar a una semifinal y final.
La audiencia no es tonta y una de las cosas que mosquea es que los ganadores de las últimas ediciones no terminan de arrancar su carrera artística como se lo prometió el programa con la grabación de un disco y su respectiva promoción a toda pompa. A excepción de Rosa, David Bisbal, David Bustamante, Alex Ubago y Chenoa, los otros chicos no han podido consolidarse en el mercado discográfico nacional ni mucho menos internacional. Es más, gracias al magazine Qué tiempo tan feliz, podemos ver de vez en cuando a varios de los ex triunfitos ahora llamados Vinilo, cantando los temas de los invitados que van a dicho programa sabatino. Mientras, los chicos asisten también a bolos por toda la geografía ibérica hasta que logren el pasaporte a la fama.
El que debe estar partiéndose de risa con la noticia de la cancelación es Risto Mejide, el miembro del jurado más polémico en la historia del talent show. Él no estuvo en ésta edición y en la pasada fue protagonistas de muchos episodios odiosos como el impasse que tuvo con el animador Jesús Vásquez, entre otras actitudes despectivas que tenía con los concursantes. Todo indica que Risto, en su papel del rey del sacarmo era el gancho del programa y sin él OT no ha enganchado a la audiencia.
Mejide ha dicho en Twitter sobre el inminente cierre de OT "Ah, pero había empezado, ¿Por qué no me avisáis?". Algunos twiteros afirman que al sustituir a Jesús Vásquez por Pilar Rubio; a Angel Llácer por Nina y la ausencia de Mejide en el jurado se han cargado el programa. Otros apuntan que si regresan, se podría salvar la edición. Lo que si es cierto es que ya hay un grupo en Facebook que se llama Salvemos OT, Plataforma de Apoyo. Ni los concursantes, ni los fans de OT se merecen este cierre violento, pero los números son los que mandan, más allá del formato y profesionalismo de los que allí curran.
Si cerraron CNN+ para colocar Gran Hermano 24 horas, por el mismo problema de no ser rentable, ya no me extraña nada en la televión española. No critico, simplemente se lo achacó a una cuestión de valores culturales.
Lo peor es que los otros programas de la cadena de Fuencarral que analizan con lupa cada reality show no dicen ni "Mu" del cierre, cuando los mismos suelen hacerle seguimiento y largos debates a cada programa de la parrilla televisiva con la ayuda de colaboradores apasionados por estos formatos televisivos. Habrá que poner a OT en cuarentena y ver si me muere definitivamente o resurja como el ave fénix el año que viene.
Ni el carisma de Pilar Rubio, ni el profesionalismo de Nina & compañía, ni el talento de los concursantes resultaron un imán para atraer a la audiencia del reality musical decano de la televisión española. Cada gala costaba alrededor de 800.000 mil euros y no se facturaba como se aspiraba. Resultado = Adiós OT.
Sin Mejide, Vásquez y Llacer se cargaron OT