¿Cómo te cubro hijo de esta tierra que sales agitando tu bandeja y un disparo te arranca el aliento?
¿Cómo te salvo muchacho?
¿Cómo detengo el gatillo que suelta el balazo atronador liberando la represa de lágrimas causadas por tanto dolor?
¿Cómo te cubro de pétalos de acero cual armadura?
¿Cómo te pongo por escudo detrás del macizo guayanés para salvarte del cruel sanguinario que te mata?
¿Cómo repongo el corazón empezando a latir ahora atravesado por la brutalidad?
¿Cómo te devuelvo la luz el brillo de tus ojos de donde se han ido las mariposas de colores y sueños?
¿Cómo te salvo retoño de ilusiones?
Se del grito en la casa cuando llega la noticia de muerte de la madre cayendo de rodillas derrumbada por la barbarie.
Dime Dios ¿Cómo lo libro del hondo abismo que lo traga?
Eres la palma naciente a orillas de los ríos que bajan de montañas y que solamente prodigan la vida.
Eres la risa y el germinar de amores buenos.
El niño en la bici, aquí guarda tu madre el primer biberón en un cofre el ombligo que te unía a su alma.
¿Cómo podré cuidarte muchacho?
Digo y te lloro cundidas mis entrañas de tristeza y amarga desesperación.
Dios compruébame la existencia de los ángeles. Tu poder de cambiar las cosas de impedir tanta derrota.
¿Cómo te salvo hijo de esta tierra que a diario se desangra?
Josué Carrillo
Periodista