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Cómo detectar a un "tóxico", esos que amargan la existencia

Cómo detectar a un "tóxico", esos que amargan la existencia

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La psicóloga estadounidense Lillian Glass y el psicólogo argentino Bernardo Stamateas, le han hecho un gran favor a la humanidad al escribir sus obras Toxic People (Simon & Schuster, 1995) y Gente Tóxica (Ediciones B.S.A. 2011), para ofrecernos una serie de recomendaciones que nos permiten detectar a este tipo de individuos que se encuentran a nuestro alrededor y que nos bombardean con sus comentarios negativos, del por qué son así y las claves para pasar de ellos y evitar que nos envenen el día.

 

Seguramente, te ha tocado lidiar con personas tóxicas en tu entorno familiar, laboral o social. Aquí van un pequeño resumen de este par de expertos que han escudriñado en el tema de las relaciones tóxicas y de las personas que disfrutan AMARGÁNDOLE la existencia a los demás.

 

Glass los cataloga de terrores tóxicos y los enumera en varios tipos: el Oportunista, el Controlador, el Entrometido, el Sabelotodo, el narcisista Yo Yo Yo, el Instigador, el Calculador-frio, el Mentiroso, el Parlanchín, el Chismoso, el Cortante, la Víctima sombría y condenada; el Matón rencoroso y autoritario; el Bromista, el Maniático del control, el Apuñalador de dos caras; el Fanático, el Crítico acusador. Aquí les dejo un post blog de Humanismo y Conectividad dónde explica el catálogo de personalidades tóxicas. 

 

Ella dice que el caldo de cultivo de estas personas son los celos, que por ende desencadena la envidia y genera la dichosa competencia por ser el "mejor" en todos los aspectos. También, ellos persiguen el amor y atención de los demás de forma exclusiva. Son un verdadero dolor de cabeza porque los tóxicos buscan disgustar con insinuaciones, frases sarcásticas que buscan minimizarnos como personas y restregar por los suelos nuestra preciada autoestima. Hay que reconocerlos y tener buenas defensas emocionales para que estos seres no echen a perder nuestra salud mental y emocional.

 

Por su parte, Stamateas, los clasifica en 13 individuos tóxicos y mucha tela que cortar en cada uno:

1. Los meteculpas

2. El envidioso

3. El descalificador

4. El agresivo verbal

5. El falso

6. El psicópata

7. El mediocre

8. El chismoso

9. El jefe autoritario

10. El neurótico

11. El manipulador

12. El orgulloso

13. El quejoso

 

Stamateas nos ayuda en su obra a reconocerlas y aprender a protegerse de su carácter invasivo que amenazan con contaminar nuestra vida con sus energías negativas. Muchas veces permitimos entrar a esas personas problemáticas en nuestro circulo afectivo más íntimo y eso lo que hace es potenciar nuestras debilidades y frustracciones. El autor argentino nos recueda que habrá personas en nuestro entorno que darán valor a nuestros sueños. Otras menospreciarán todo lo que te propongas a hacer. No se debe dar crédito a ninguna palabra o sugerencia que provengan de "los tóxicos", insiste el psicólogo.

 

También existen diferentes tipos de personas tóxicas:

.-. El ofendido: Es el que con una palabra o conducta tuya se ofende y con eso te manipula. "Según cómo te comportes, estaré contigo o no". Con esa actitud lo que busca es mantener a los demás pendientes de sus acciones.

.-. El que triangula: Es el que "lleva"y "trae", te sumerge en una discusión que no te corresponde para que tomes partido y salgas en defensa de algunas de las partes.

.-. El reaccionario: Le gusta discutir, criticar y buscar que te sumes a él para hacerte perder tiempo.

.-. El piscópata: Es que te felicita y descalifica al mismo tiempo.

.-. El que tira y corre: Es que pasa, tira un misil y sigue de largo porque lo único que está buscando es tu reacción. Son los que tiran la piedra, esconde la mano pero saca el pecho de paloma y está atento a tu reacción.

 

Las personas tóxicas son las que se quejan por todo, las que les encanta echarle la culpa a los demás, las que le miran las cinco patas al gato, las que esperan que todo vaya mal, las que le encuentran fallas a todo, en fin las que ven el arcoiris incoloro y las que hacen que tu pierdas energías tratándote de defender de sus malsanos comentarios. Su pesimismo te hace enojar o te enferman hasta llevarte a la depresión (si le dejas). Lo ideal es que este tipo de personas este completamente fuera de nuestras vidas, pero no es tan fácil cuando es un familiar directo como el marido, la mujer, los hijos, la madre, el padre, la suegra, la cuñada, la tía, la abuela, un hermano, un primo o el jefe o un amigo.

 

Si se trata de un familiar, hazle ver su problema, recomiéndale un buen psicólogo y que nunca falte el buen humor y cortesía (aunque cueste) en tu relación con esa persona. Ellas por lo general, se alimentan del positivismo y el buen rollo de los demás, claro, se nutren de la buena energía, son vampiros emocionales, chupan energía y te dejan débil así como quedan los móviles cuando no tienen carga.

 

La otra cara de la moneda de este tema, sería diagnosticar si somos nosotros las personas tóxicas. La presencia de conflictos en nuestras relaciones nos pueden indicar que el ser tóxico puede ser uno mismo, en vez de los demás. Debemos prestar atención si causamos malestar en los demás y tenemos problemas para relacionarnos, si es asi, busquemos ayuda profesional, tiene cura.

 

Debemos aprender a manejar el control remoto de nuestras emociones y pensamientos y no permitir que nada ni nadie perturbe nuestra existencia con comentarios malsanos. Yo he aprendido a que cuando me ofenden, no acepto dicha ofensa, imagino que es un regalo (bueno o malo) y yo soy la única que decide si lo recibo o no. No me hace daño. No permitas que nadie te ponga de mal humor tan temprano, que nadie te saque de quicio, que nadie te sature el día con su mal rollo. No le des ese poder a los tóxicos. No dejes que manejen tus emociones y decidan tus reacciones. Indirectamente, te lastiman con tu propio permiso.

 

Del por qué estos individuos son tóxicos, la clave es el escaso amor con que el que se criaron que no llenaron sus reservas existenciales para cuando fueran adultos. Tienen hartas ganas de llamar la atención de sus congéneres y mantenerla de manera exclusiva. Ante ello, nos queda tener una estima a prueba de balas. Les recomiendo ambos libros, son fáciles y rápido de leer y cada capítulo es independiente del otro y desarrolla un tipo de personalidad tóxica. Lo que reflejo aquí es solo un abreboca.

 

Para mantener la salud emocional, no reacciones ante las palabras de la gente. Hay que aprender a:

No esperar nada de nadie, pues si ponemos las expectativas en la gente sólo obtendremos frustracción, porque un día responderán bien y otro día mal.

No fusilar a los demás: No tomar como nada personal lo que otros te digan. Si te rechazan, no lo asumas como personal, a veces las personas que gustan lastimar a las demás, han sido mil veces lastimadas.

No compararte con nadie: No te compares, ni tampoco permitas que te comparen con nadie, porque simplemente no necesitas ser como nadie. Las personas con autoestima baja se la mantiene comparando su vida con la de los demás.

No sentirte víctima de la circunstancia: Decide que pensar, sentir y hablar. No le entregues el mando de tu vida a nadie para que lo maneje, nadie tiene el derecho de lastimarte, al menos que tú le des permiso.

No querer cambiar a los demás: Esta forma de controlar a los demás y cualquier situación la maneja el ego y sólo gastarás energías en tratar de cambiar al marido, a la mujer, al hijo, al hermano, a los suegros, al jefe. Si la persona no quiere cambiar, no cambiará jamás, al menos que sea débil, manipulable y se deje "comer el coco" fácilmente.

No dar valor al dolor: Debemos cambiar el chip del dolor, por el amor y la felicidad. Debemos identificarnos con las situaciones positivas y las que nos alegran el alma. Si nos sucede algo desagradable, no sumergirnos en el dolor, por muy duro que parezca.

 

Culmino este post con una frase de Richard Kocsh "No malgastes el tiempo intentando superar tu fobia a las serpientes, es mejor que las evites". Está claro que las relaciones interpersonales sanas son como las vitaminas y las malas son nocivas como venenos.

 

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