La semana santa es un asueto que se da una vez al año para recordar la pasión, muerte y resurreción de nuestro hermano Jesucristo. Los cristianos celebramos esta fecha en recogimiento, reflexión y recordando los evangelios que relatan la vida y obra en la tierra de nuestro Salvador.
Unos aprovechan para salir de la rutina y viajar a otros destinos. Otros aprovechan para quedarse en la santa paz de su hogar con los suyos, otros tienen que trabajar porque les tocó guardia, otros van a la iglesia de sol a sol; otros se van de juerga. Hay de todo en la viña del Señor.
Pero lo que si debemos tener los cristianos acerca de estas fechas es un Mismo Sentir, no importa si tenemos otras formas de razonar debido a nuestras convicciones, bien sea porque seamos católicos, evangélicos, anglicanos, adventistas, pentecostales, bautistas, ortodoxos, amish o anabaptista, mormones, testigos de Jehová o simplemente cristianos libres.
Debemos amar a un sólo Dios por sobre todas las cosas y amar a nuestros hermanos como a nosotros mismos. Dos mandamientos fundamentales que nos dejó Jesús de Nazaret sobre la mesa para que los practiquemos. Debemos reflexionar con la mano en el corazón si hacemos estos deberes diariamente. Si de verdad amamos a todos, si escuchamos a nuestro prójimo cuando nos necesita; si le tendemos la mano sin interés de por medio; si amamos a quienes nos ofenden o nos hacen daño; y si de verdad amamos a nuestro Padre Celestial cuando lo proclamamos para que nos oigan y al voltear adoramos a nuestros becerros de oro particulares, dinero, sexo, poder o a algún vicio que tengamos (7 pecados capitales), etc. O cuando nos volteamos, queremos a nuestros amigos pero aborrecemos a quienes no lo son y a la primera de cambio por nuestra mente florece el rencor, la venganza y esas energías negativamente destructivas para nuestra alma.
Nadie es perfecto más que a Aquel que nos creó. Y para eso estamos en este mundo, para renacer espiritualmente y pedir perdón por nuestros pecados y los pecados de nuestros antepasados; para practicar los dones espirituales, ser compasivos y de verdad sembrar la luz y el amor en este mundo tan necesitado de gente que escuche a los demás y comparta lo que tiene sin intereses.
Si obedecemos las instrucciones resumidas en el Nuevo Testamento y si somos fieles hasta la muerte recibiremos la Corona de la Vida. Que bella promesa que alimenta nuestro espíritu, porque señoras y señores al espíritu hay que darle alimento diariamente como a nuestra materia. No debemos descuidar esa parte fundamental de la existencia. Te recomiendo leer la Santa Biblia asi sean 5 minutos diarios, si tienes más tiempo fabuloso, te sentirás cada día mejor. O si no te gusta leer, puedes escuchar alabanzas, himnos que adoran a Dios o busca a la gente que te inspire y te hable del Señor.
Y otro punto importante que quiero recalcar en esta reflexión de semana santa es que empecemos a buscar la paz primero en nuestro interior y en nuestra casa, no podemos predicar a los cuatro vientos que somos BUENAS PERSONAS si nuestra relación con nuestros familiares es un verdadero campo de batalla, eso sería una grandísima hipocresía de la cruda y dura.
En todas las familias hay roces, ninguna familia es perfecta, en eso estoy de acuerdo, pero si de verdad somos verdaderos cristianos debemos procurar la paz, primero de la casa, porque cuando tú te levantas a los primeros que ves cada mañana es a tu familia o con quienes vivas, sean tu esposo/a, hijos, madre, padre, abuela, tia, compañeros de piso, etc. Luego vendrán los vecinos, compañeros de trabajo y de clases, amigos y conocidos. No seas oscuridad para la casa y claridad para la calle.
Te dejó cuatro bellos consejos que nutren nuestra alma-espíritu y nos ponen alerta de que estamos en el camino correcto o no:
-.- Juan 14:6 Jesús les dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
-.- Hebreos 9:28: Así también fue Cristo ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan
-.- Madre Teresa de Calcuta: La vida sin amor no vale nada; la justicia sin amor te hace duro; la inteligencia sin amor te hace cruel; la amabilidad sin amor te hace hipócrita y la fe sin amor te hace fanático.
-.- 1ª Juan 3.10-12 El que quiera amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño; apártase del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos; y sus oídos atentos a sus oraciones. Pero el rostro del Señor están contra aquellos que hacen el mal.
-.- Pidele al Padre Celestial que nos libre del mal, porque mientras estemos en este cuerpo físico seremos tentados por Satanás y sus huestes para seguir pecando. Alejate del mal y Dios nos protegerá aun más, hay que pedirselo porque tenemos libre albedrío para hacer lo que nos plazca.
¡A tu salud!